viernes, 12 de diciembre de 2008

True Blood (Sangre fresca) en Canal +





Canal+ estrena en exclusiva, apenas tres meses después de su premier en Estados Unidos, True Blood (Sangre fresca), la nueva creación de Alan Ball, el autor de la exitosa serie de humor negro A dos metros bajo tierra. Esta vez, el genial guionista propone para HBO un mundo alternativo en el que vampiros y humanos pueden vivir juntos gracias a una sangre artificial embotellada que importan desde Japón. True Blood está en Canal+ desde el pasado jueves 4 de diciembre, a las 21.30 horas. La serie podrá verse también con la extraordinaria calidad de imagen y sonido que ofrece Canal+ Alta Definición (dial 111).
Alan Ball regresa a HBO, con la que creó A dos metros bajo tierra, para ofrecer un nuevo mundo, True Blood (Sangre fresca), una serie que impregnada de sensualidad y sexualidad, una de sus principales bazas. Tal es el éxito de Ball en sus trabajos que en 1999 ganó un Oscar como guionista por American Beauty; de su cabeza salió la idea de una bolsa de plástico flotando en el viento mientras un joven lo filmaba como forma de describir la belleza. El galardón de la Academia le sirvió para dar el salto a la dirección con la película Towelhead (comedia negra sobre sexualidad, pedofilia y racismo). Ahora le llega el turno a True Blood. El propio Ball reconoce que no es un aficionado a las ficciones de vampiros. Nunca he leído un libro y nunca he visto Buffy, sin embargo asegura que le gusta mucho la mezcla del romance, la parte oscura y las emotivas repercusiones de la violencia. En un gran proyecto como este lo que más quieres, más que nada, es que la serie adquiera vida propia, asegura su creador, y sin duda lo ha conseguido. 
Para llevar a cabo esta idea Ball se ha basado en la serie de libros de vampiros Sookie Stackhouse (Southern Vampire) de Charlaine Harris, periodista del New York Times y autora de gran número de best sellers de misterio, con cuya ayuda ha contado.
Con True Blood (Sangre fresca), Canal+ se sumerge de lleno en un mundo paralelo donde vampiros y humanos conviven sin aparentes problemas gracias a sangre sintética que llega desde Japón, y que los no muertos pueden adquirir en cualquier establecimiento como si de un refresco se tratara. A pesar de ello el mundo que intentamos crear está muy estratificado, apunta Ball. Los vampiros de True Blood son jóvenes, atractivos, traidores, adictos al sexo, decadentes y enigmáticos. 
Por otro lado están los humanos, cuya opinión está dividida entre quienes les odian y quienes se sienten atraídos; incluso algunos sacan partido de la sangre de estos seres, denominada V, una potente droga que produce sensaciones únicas. Todo esto sucede en el más profundo sur de Estados Unidos, en un pueblo de Lousiana llamado Bon Temps. En los doce capítulos que dura la serie se entremezclan el humor, el romanticismo, el misterio y el suspense, hasta dejar al espectador sediento de más. 
La serie de Alan Ball está protagonizada por la actriz Anna Paquin, ganadora de un Oscar siendo niña por la película El Piano. La joven actriz desarrolló poderes paranormales en la saga X-Men, e interpretó a Isabel II de España en Amistad, de Steven Spielberg. Ahora interpreta a Sookie Stackhouse, una joven camarera que tiene la extraña habilidad de leer las mentes ajenas, algo que intenta evitar a toda costa. Sin embargo, existe alguien recién llegado cuya mente es una incógnita para ella: el vampiro Bill Compton, interpretado por el actor británico Stephen Moyer (Divorcio en Hollywood, 88 Minutos), un ser de 173 años oscuro y enigmático pero diferente a los demás de su especie. Ambos se atraerán de una manera muy especial. 
Junto a Bill y Sookie, se encuentra el hermano de ésta, Jason, pueril y obsesionado con el sexo, al que da vida el sex symbol Ryan Kwanten (Home and away, Summerland, Dead silence), y Tara, Rutina Wesley, (Ritmos del barrio) la mejor amiga de Sookie, una chica directa y malhablada que teme que su amiga se esté metiendo en líos por culpa del vampiro. Ball afirma que es el papel que más ha cambiado de la idea original, pues la Tara de Charlaine Harris era blanca, y ésta es negra. Es Louisiana, no podrían ser todos caucásicos, reconoce el creador. 
También participa en la serie Alexander Skarsgärd (Generation Kill, también de HBO), el actor sueco se mete en el papel de Eric Northman, una especie de líder de vampiros. El lado maternal de la serie lo pone Adele, la abuela de Sookie y Jason , Lois Smith, Hollywoodland, una mujer sabia y de espíritu inquieto que apoya el interés de su nieta por los vampiros, quienes también han despertado su curiosidad.


En Estados Unidos True Blood (Sangre fresca) ha sido muy bien recibida por la crítica y su audiencia ha ido en aumento desde las primeras semanas de emisión. El estreno el 7 de septiembre fue visto por 1,4 millones de espectadores, mientras que el segundo episodio alcanzó los 1,8 millones. De hecho, actualmente es la serie más vista de HBO y ha conseguido triplicar la audiencia media los domingos por la noche (día de su emisión en Estados Unidos) episodio a episodio. 
True Blood  es la gran apuesta de la temporada de HBO cuya promoción, con una campaña viral desde varios meses antes del estreno, ha marcado un hito dentro del panorama publicitario. Por su parte, Canal+ tomando como referencia el éxito de la campaña de HBO se ha posicionado a favor de los vampiros desde el pasado mes de septiembre, enarbolando uno de los principios fundadores: todos somos iguales ante la ley y tenemos los mismos derechos. En esta línea, desde octubre la cadena emite anuncios de la bebida, ha producido un especial informativo La fuerza del vampiro con la colaboración de Angels Barceló, Miguel Ángel Oliver e Iñaki Gabilondo, entre otros. Además, Canal+ ha puesto en marcha un site teaser de la bebida www.sangrefresca.es, en www.plus.es aloja un blog: Vampiros: Cómo hincarles el diente y ha producido una edición limitada de la bebida True Blood
Esta no es la primera creación que profundiza en el mundo de los vampiros. La novela pionera fue Drácula de Bram Stoker, que dio pie a las inquietantes preguntas sobre si existió realmente un ser despiadado que se alimentaba de sangre. Finalmente se encontró a alguien que cumplía los requisitos: Vlad Tepes El empalador, un príncipe valaco del siglo XV. Tepes nació en la lúgubre Transilvania en 1428, hijo de Vlad Dracul, soberano de Valaquia, ha pasado a la historia por su apodo Drácula (proviene de Draculea, que en rumano se traduce como el hijo del Diablo), el pueblo le puso como sobrenombre Tepes (empalador) ya que ésta era la pena capital que aplicaba con más prodigalidad.
El vampirismo, en el cine de terror, es el género más tratado y más recurrente de todos los tiempos. La tradición se remonta a la película muda Nosferatu de F. W. Murnau de 1922; desde entonces, la representación del mito ha sido imparable: Drácula de Bram Stoker, Jóvenes ocultos, Entrevista con el vampiro, Vampiros de John Carpenter, Blade, Van Helsing o Underworld: Evolution, o series de televisión como la inolvidable Buffy Cazavampiros, del creador Joss Whedon, y su spin-off Angel.
Un reciente libro titulado Dark banquet (Oscuro banquete), escrito por el biólogo Bill Shutt analiza el hábito alimenticio conocido como hematofagia, quiénes lo practican, cómo, cuándo y por qué. Una visión realista de varias especies de animales que encuentran en la sangre su dieta básica: los murciélagos vampiros, los pinzones vampiros, los bangre candirú y miles de criaturas diminutas como pulgas, chinches, garrapatas y mosquitos hembra. Todos ellos son seres que encuentran en la sangre su dieta básica.