martes, 28 de abril de 2009

National Geographic Cannel entra en Guantánamo





Una exclusiva mundial, que muestra por primera vez el pulso diario entre guardias y reclusos, la mayoría de ellos retenidos desde hace años en este limbo ilegal 


Uniformados de naranja, encapuchados y con grilletes en los pies. Esta es la imagen que tenemos de los reclusos de Guantánamo, la prisión promovida por la administración Bush en 2002, después del 11-S, para retener a todos los sospechosos acusados de terrorismo internacional. Situada en la base naval norteamericana de la Bahía de Guantánamo, en Cuba, este trasunto de campo de concentración,  levantado al margen de todas las convenciones internacionales, pasará a la historia como un símbolo de traición a la libertad y la democracia. 
Todo lo que ha sucedido en su interior se ha ocultado a la opinión pública internacional durante los siete años de su existencia. Hasta ahora. Una vez que el presidente Barack Obama ya ha autorizado su cierre, National Geographic Channel ha tenido el privilegio de ser el primer canal de televisión en entrar con una cámara en Guantánamo con el objetivo de ser testigo de su día a día, de realizar una crónica sobre cómo es la rutina diaria de los prisioneros de la guerra contra el terror y de los soldados encargados de su custodia.  
El resultado es Dentro de la alambrada: Guantánamo, documental de dos horas de duración, que abre las puertas al interior del campo, con imágenes hasta ahora inéditas, y que National Geographic Channel estrenó en España el pasado domingo 26 de abril, a las 21:00 horas. 
La base naval de Guantánamo, conocida popularmente como Gitmo, es una herencia que el ejército de Estados Unidos mantiene en Cuba desde el final de la guerra con los españoles de 1898. Inadvertida para el mundo durante más de un siglo, su nombre se actualizó y se sumió en la controversia a partir de enero de 2002, fecha en la que comenzaron a llegar los primeros detenidos acusados de terrorismo  internacional, muchos de ellos sin pruebas fehacientes. 


Sin embargo, titulares aparte, poco o nada se sabe de lo que realmente ha pasado y pasa en Guantánamo. Por ejemplo, ¿quiénes son algunos de los hombres que viven desde hace siete años en sus pequeñas celdas?, ¿quiénes son sus guardias? El acceso sin precedentes de Dentro de la alambrada permite responder a algunas de estas preguntas y plantear otras nuevas, que surgen más allá de los hechos ya conocidos de torturas y abusos. 
Para lograrlo, un equipo de National Geographic Channel ha pasado tres semanas en el interior de Guantánamo, en compañía de los 260 reclusos y de los más de 2.000 guardias encargados de su custodia. El seguimiento ha sido diario, desde el entrenamiento matinal de los militares, hasta la intimidad de las celdas de los detenidos, clasificados en diferentes rangos, de complaciente a combativo. 
El documental incluye testimonios e imágenes de los responsables de la prisión. Por ejemplo, el bibliotecario musulmán, responsable de la revisión de los textos, periódicos, etc., que entrega a los prisioneros. También recoge cómo se lleva a cabo el cuidado y alimentación de los reclusos, o un seguimiento especial del Comité Internacional de la Cruz Roja y de los abogados que intentan lograr mejores condiciones de vida para sus clientes. 
Dentro de la alambrada ha sido testigo de la rutina, pero también de momentos decisivos como un código amarillo, situación que define la necesidad de atención médica a un recluso, o un intento de amotinamiento de algunos prisioneros, que inundaron sus celdas para protestar por un cambio en los horarios de la jornada. Además, la producción recuerda los sucesos del 11 de septiembre y la decisión del Gobierno de Bush de romper con las leyes de protección de prisioneros de la Convención de Ginebra para señalar a todos los detenidos comoenemigos combatientes.  
El programa también cuenta con el testimonio de ex prisioneros. Es el caso, entre otros, de un pediatra afgano, detenido probablemente a causa de una falsa acusación generada por sus propios vecinos para cobrar una recompensa; de altos funcionarios de la administración norteamericana, de abogados de ambas partes, y de representantes del ejército de todos los rangos.